Noche YFN en Dallas!

QUIERO SER CONOCIDO

Tomé este artículo del blog de Ana Paula Valadao, una preciosa adoradora de Brasil, y me atreví a traducirlo porque pensé que además de ser un tema completamente actual, va a bendecir tu vida como parte de tu equipo de adoración.
“...hace algún tiempo atrás, leí un libro cuyo título era “Sociedad del Espectáculo”. El autor dice que vivimos en un tiempo en que somos bombardeados con la idea de que lo más importante es ser vistos, aparecer, ser reconocidos y admirados por otros. Sin duda, todos nosotros, creyentes o no, estamos bajo esta propaganda o influencia. ¡La iglesia no está fuera del mundo!.
Aun así, a pesar de estar en el mundo, no podemos dejarnos llevar por su corriente. Por el contrario, necesitamos día a día despojarnos de las vestiduras que la sociedad sin Dios quiere colocar sobre nosotros. No somos inmunes ni estamos distantes de la influencia de la sociedad del espectáculo. Nuestro corazón ya fue tocado por Dios pero todavía no fue completamente transformado, todavía existen en nosotros algunos rastros de mundanalidad.
Algunas veces podemos hacer las cosas llevados sutilmente por el simple deseo de ser vistos por los demás: compramos ropa porque queremos impresionar a alguien; entramos en una nueva escuela porque es el lugar de “moda”; escribimos libros porque queremos ser reconocidos; damos regalos para ser apreciados. Manipulamos al mundo a nuestra voluntad porque queremos llamar la atención de los otros sobre nosotros mismos.
De la misma manera nuestros ejercicios espirituales pueden estar influenciados por la corriente de la sociedad del espectáculo: podemos orar para decir que oramos; ir a la iglesia para decir que vamos; evangelizar para decir que lo hacemos; hacer todas las cosas para intentar impresionar a otros y llamar su atención.
Jesús sabía que en su propio tiempo había personas que estaban bajo la influencia del deseo de ser vistas. Por eso El les dijo:
“1 »Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa. 2 »Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa.
5 »Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea.
16 »Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa.
(Mateo 6:1, 2, 5 y 16)
Según Jesús, esas personas eran conocidas en la tierra, pero no eran conocidas en los cielos; eran admiradas en la tierra, pero no eran admiradas en el cielo; recibían presentes en la tierra pero no tenían un galardón en los cielos; ¡tenían el día a día, pero no tenían la eternidad!. Habían ganado un mundo entero, pero habían perdido su propia alma.
El remedio que Jesús presentó contra el virus de la sociedad del espectáculo fue “lo secreto”. Cuanto más tiempo invertimos en lo secreto con Dios, más fortalecidos somos para vencer las influencias del mundo sin Dios.
Eso significa que en vez de buscar el espectáculo, debemos buscar lo secreto; en vez de anhelar ser conocidos por los hombres invirtiendo mayor tiempo en las apariciones publicas, debemos ansiar ser conocidos por Dios, invirtiendo más tiempo en lo secreto. En vez de pasar más tiempo hablando de Dios a las personas, debemos pasar más tiempo hablando de las personas a Dios. Al final, El es quien tiene el poder para transformar los corazones, y su obrar no está asociado con nuestro hablar.
Ese poder de Dios está disponible para todas las personas en lo secreto. Fue cuando estaba en el desierto de Judea, en lo secreto, cuando Juan el Bautista recibió la palabra (Lc. 3:1-2). Fue en lo secreto cuando Jesús era renovado (Lc 5:15-16). Fue cuando estaban en lo secreto que los apóstoles fueron llenos del Espíritu Santo (Hch 2:1-2). Fue durante su tiempo en el desierto de Arabia, en lo secreto, que Pablo aprendió el evangelio (Gal 1:15-17).
El secreto es el lugar de renovación, de capacitación, de fortaleza, de llenura del Espíritu Santo, de poder y de la Palabra que, recibida en lo secreto, necesita ser proclamada en publico para la sociedad del espectáculo.”

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Hasta pronto y muchas bendiciones!